David and I met many years ago through membership in a small and wonderful “cooking club”. About 3-4 times a year we would gather at one of the member’s homes and share a meal. We had many memorable meals and great conversations. David as you all know is a foodie and fabulous cook. In 2005 I was attending a Neuroscience meeting in Turino, Italy. I went with colleagues to a Slow Food restaurant reputed to have an amazing wine cellar. Of course when went to tour the cellar guess who was there!
He tenido el placer de conocerte gracias a tu condición de hispanista, y a que durante muchos años has estado en la Junta Directiva de la Asociación Internacional de Hispanistas (AIH), cuya relación con la FDS (Fundación Duques de Soria de Ciencia y Cultura Hispánica) data al menos de 1992. En ese año la Asamblea trienal de la AIH se reunió en Irvine (Calfornia), y allí la
FDS promovió una sesión sobre la primera Gramática del español, de Antonio de Nebrija, que cumplía entonces 500 años. Tú ya estabas en la AIH, aunque creo que no en su Directiva, y yo en la FDS, aunque no estuve en Irvine.
Tu primera visita a Soria con la FDS fue en 1998, con ocasión de la Asamblea de la AIH que inauguraron en Madrid los Reyes de España, y en ella coincidimos por primera vez. Por tu altura física (de la que no tienes mérito personal) y por tu sonrisa expansiva (que sí es mérito tuyo, porque responde a tu forma positiva y entusiasta de encarar la vida) eres siempre fácil de recordar. Tu altura interior -que tu permanente simpatía intenta disimular- se descubre con el trato, como nos ha ocurrido a todos los que te conocemos. Yo he podido descubrir que, además, comparto contigo la afición superlativa a las croquetas… ¡y las inclinaciones gastronómicas unen mucho!
Volvimos a coincidir en la Asamblea de la AIH en Nueva York, en 2001, con nuestra común amiga Lía Schwartz. Y recuerdo bien tu visita a Soria en el 2006, con la Junta de la AIH. Allí posamos juntos para la foto que adjunto, en las escaleras del Convento de la Merced, hoy Sede de la AIH.
Probaré, con otra foto adjunta de esa misma visita, que no solo posaste, sino que participaste activamente en los trabajos de esa reunión, preparatoria de la Asamblea de la AIH 2007 en París, presidida por nuestro común amigo bretón Jean François Botrel, en la que también volvimos a encontrarnos.
En la Asamblea de la AIH en Buenos Aires (Argentina), en 2013, la AIH decidió fijar su sede mundial en Soria, y tú fuiste nombrado Presidente. Has sido pues el primer Presidente de la AIH que al venir a Soria ha venido a su casa, a su propia Sede. Por eso cuando en 2015 reuniste en Soria a la Junta Directiva de la AIH, te recibieron el Alcalde de la ciudad y el Duque de Soria, como prueba la portada del diario que adjunto. En 2015 reuniste en Soria a la Junta Directiva de la AIH, y os recibieron el Alcalde de la ciudad y el Duque de Soria
Fue en parte por esa condición de primer Presidente “soriano” de la AIH, pero sobre todo por tu larga y meritoria trayectoria académica como hispanista, por lo que la FDS te pidió que pronunciaras en 2016 su “lección magistral” anual en Soria. Y con esa ocasión fuiste testigo de excepción de la donación por Greg Wyatt de un gran bronce dedicado a Cervantes y Shakespeare, que también inauguraste en los jardines de la Sede de la AIH. Adjunto una foto de tu intervención de ese día como testigo, en la que los dos conseguimos dar la impresión de estar trabajando muy seriamente.
David Gies and Jose María Rodríguez Ponga
Pocos días después de ese brillante paso tuyo por Soria, volvimos a coincidir, esta vez en Münster, donde presidiste (adjunto foto) la Asamblea de la AIH en la que pasaste el testigo de la Presidencia a Aurelio González, del Colegio de México. Allí estuvieron para acompañarte el Duque de Soria y el Presidente ejecutivo de la FDS, Rafael Benjumea, y yo tuve también el honor de estar contigo en esa ocasión.
Desde entonces además de mantenernos en comunicación regular, como desde hace años, hemos coincidido varias veces. Y confío en que este año 2018 nos dé nuevas ocasiones de encontrarnos, tal vez en Madrid o en Soria.
Con nuestro ya largo recorrido como amigos, no puedo menos que sumarme con entusiasmo a este justificadísimo homenaje que te están organizando, y que espero que -al menos un poco- te pille de sorpresa.
“Build it and they will come,” David once said at an ASECS/ISECS meeting in Los Angeles, referring to the state of 18th-century studies. We all know that he played a major role in building the scholarly community dedicated to the Hispanic Enlightenment here in the U.S. and strengthening our ties to our Spanish and Latin American colleagues. But a playing field that dynamic and wide isn’t only built with books, journals, theses, and conferences, all of which David has produced in abundance. I remember particularly his and Janna’s acts of solidarity, collegiality, encouragement, and hospitality over the years. Some particular memories come back: David driving a delighted boy through Charlottesville in his convertible sports car with the top down; sipping wine with David poolside as a boy in borrowed trunks swims against the current in an endless lap pool; touring the UVA campus and downtown Charlottesville while stopping constantly to greet people…. And when you hang around with David, whether in Los Angeles, Las Vegas, Portland, Atlanta, Boston, Pittsburgh, Cádiz, Oviedo, Madrid, Münster, or Paris, there’s no doubt about it, you have fun! You might wear a wig, dance a fandango or seguidilla, play the slot machines in Las Vegas, go to a reception in a palace, eat at a great restaurant, or have your hand kissed by a duke. Thanks for everything, David, and I hope you keep having fun!
Cathy Jaffe, David, Ana Rueda, ASECS Pittsburgh PA 2016David, AIH, Münster, 2016
“But friendship is precious, not only in the shade but in the sunshine of life; & thanks to a benevolent arrangement of things, the greater part of life is sunshine.”
Creo que David Gies suscribiría estas palabras de Thomas Jefferson, fundador de lo que ha sido su hogar académico durante años, la Universidad de Virginia. En esa frase se refleja se encuentra el optimismo y la visión conciliadora que distinguen a David de manera tan singular, como persona y como intelectual. Como Jefferson, David nunca deja que una diferencia de opinión (en la política, en lo académico o ningún otro terreno) interfiera con una amistad, ni siquiera con el buen trato que él otorga a todo el mundo sin distinción de rango, género o afiliación. En verdad, si tuviera que definir con dos palabras a David, usaría los términos “inteligencia cordial”: alguien cuyo trato inteligente, afectuoso y cortés, refuerza el ánimo. Era pues lógico que una persona de esas características acabara siendo un gran experto en la cultura de la Ilustración, una época que valora la sensibilidad como virtud cívica, y la empatía como vínculo social: a veces, los intereses académicos reflejan a la perfección una actitud ante la vida.
Como tantos hispanistas, he aprendido mucho de los análisis brillantes e incisivos de David. Su trabajo marcó un antes y un después en la valoración de la cultura de la Ilustración española, desmontando tópicos sobre su carácter limitado, conservador o tedioso. Pero he aprendido tanto o más de su actitud intelectual, generosa y optimista; abierta a la crítica constructiva y a la discrepancia.
Querido David, te deseo que a partir de ahora puedas dedicar el tiempo a tu familia, los viajes, la buena gastronomía, el teatro y la lectura. Que puedas, por tanto, cultivar lo que te hace feliz y refuerza tu propio ánimo. Estoy segura de que continuarás contribuyendo a la profesión y al éxito de otros/as colegas con el entusiasmo generoso que te caracteriza. Gracias por confirmar que la brillantez intelectual también puede ser cordial, generosa y divertida.
When David Gies, editor The Cambridge History of Spanish Literature (2004), sent an invitation to contribute to the volume, already I had taken his own scholarship to heart, “apechugándome con las novedades” (as Galdós writes in Fortunata y Jacinta). Now I see him not only as an editor and as a scholar essential to the field but indeed as a traveler, a reader, and a devoted friend.
As David recounts in his recent autobiographical essay (2014), one starting point was travel to Perú; travel to Spain soon followed. David criss-crossed the country in trains, reading novels, learning the registers of Spanish, and settling into exchanges with fellow travelers, shaking hands, giving abrazos. At professional meetings he began gathering new and old friends—graduate students, visiting scholars, diplomats. David would set up each occasion and soon everyone was mixing and sharing stories.
Similarly, through his teaching and writing, discussions in committee, the challenges of directing a department, of creating new programs of international exchange, on land and sea—David Gies continuously offers stories of travel and of books, of conversations and adventures. In 2009, as Spain celebrated on April 23rd “el día de Cervantes, día del Libro y de la concesión del Premio Cervantes a Juan Marsé”—I caught sight of a note in El País: “En medio de la gran borrasca económica, hablaba del libro que seguía imperturbable, del libro que estaba allí . . . para recordarnos, que ‘la literatura habla un lenguaje distinto, no opresor, muy diferente al resto de los lenguajes perversos que nos esclavizan con sus tiranías cotidianas: el lenguaje económico, político, religioso familiar, televisivo.” David’s love of books and of adventure brings these words to mind, as they do Don Quijote and Sancho, those quintessential travelers who started out as master and squire but who ended in the precious reciprocity of friendship. Like them, David is a fellow traveler with a genius for adventure and for friendship.
Across his long career two distinctions come to mind: there is, on the one hand, a panoply of honors and awards; of these, particularly spectacular was the ceremony, which took place at the Spanish Embassy in Washington D.C., in which he received by dispensation of King don Juan Carlos a Knighthood in 2007. A few photos of David, his dear Janna, and of his colleagues, attached here, depict that marvelous event. On the other hand, we may confide in David, knowing that we will receive comfort and encouragement. David’s genius for friendship, the inspiring range and depth of his scholarship, and of his creative, educational programs, indeed have done wondrous things within the broad, tumultuous field of Hispanic Studies.
So let me close with some “palabras sespirianas” that David himself has lived so fully:
“Those friends thou hast,
and their adoption tried,
Grapple them unto thy soul
With hoops of steel.”
Hamlet
Celebrando David’s Knighthood
Janna and David Gies
David Gies, Harriet Turner, Spanish Ambassador Carlos Westendorp
Cuando conocí a David Gies yo era joven y él era un niño. Ahora que me he hecho definitivamente mayor, él sigue siendo un niño. Me lleva, se supone, unos cuantos años de calendario, pero en realidad él es atemporal, inmarcesible. Últimamente he empezado a sospechar que proviene de otro planeta. Quizá Júpiter. Yo tenía treinta y pocos años y estaba dando clase en Wellesley College cuando Gies, siempre tan al tanto de todo, desde el mejor restaurante de Zaragoza o Camberra hasta la última y más novata profesora invitada de las universidades americanas, se puso en contacto conmigo para invitarme a dar una conferencia en la UVA. Acepté, pasé unos breves días en Charlottesville, me encantó la ciudad, la universidad, el departamento. Me encantó sobre todo el niño grande Gies, por quien sentí un inmediato flechazo. Fue el comienzo de una larga amistad y una no menos larga colaboración. Por él vine a la Universidad de Virginia, algunos años después, durante un semestre. Y más tarde repetí durante un par de meses. Entre medias, más visitas cortas, más encuentros a uno y otro lado del océano. Siempre me cautivó el entusiasmo inagotable de David, su inteligencia y su amplia cultura, que él disimula con una sonrisa inocente y modesta; su, por otra parte, divertidísima falta de humildad cuando alardea de conocimientos mundanos como, por ejemplo, los gastronómicos. Posee un talante conciliador que suaviza las relaciones y hace que donde él esté siempre haya más luz. Es optimista, leal, totalmente fiable y, al mismo tiempo, tiene un delicioso punto loco impredecible. Envidio sus ganas de vivir, tan puras, tan gozosas: intento aprender de él en ese sentido. Gracias a David, a su oferta de trabajo y a su empeño en traerme, he podido vivir en Charlottesville algunas de las semanas más felices de mi vida. En realidad, ahora que lo pienso, todos mis recuerdos con él son recuerdos dichosos. Gracias por ser amigo, por ser niño, por ser mago, por jugar a vivir tan seriamente y por alegrarle la vida a los demás. Eres un lujo.
Never a better time than restirement to say THANKS for all you have meant to UVA Spanish, Portuguese and Italian and other UVA programs and activities, entertaining legions of student and being an important part of an International movement in hispanism, the AIH. In fact I am including a photo of you, David, I took on your last day on the job as President of AIH (in Münster, August2017), having faithfully served since August of 2014 (since your election in Buenos Aires 2014). You have taught in classrooms on land and sea, done editorial miracles, travelled the world and received many honors but at the same time have compiled a c.v. that shows that your hours at home and in the office and at the library were usefully spent, as your many readers will attest.
May you both enjoy the days, months and years that stretch out before you in Charlottesville. I wish you the very very best!
de José Luis González Subías
(Profesor, crítico e investigador teatral, Madrid, España)
Esta es la dedicatoria que incluí en mi edición de la primera y desconocida obra teatral de José Zorrilla (El condestable de Sicilia), que tuve la fortuna de encontrar y publicar más tarde, a finales de 2016. Nadie mejor que mi amigo y mentor David Gies para presidir unas páginas que ligarán ya nuestros nombres para siempre, al lado del más internacional de nuestros admirados poetas dramáticos del Romanticismo español.
Conocí a David personalmente en el otoño de 1996, en el I Coloquio de la SLES XIX, donde impartí mi primera comunicación en un congreso internacional. David Gies era para mí entonces solo un nombre, el del autor de una obra fundamental para los estudiosos del teatro romántico español, The Theatre in Nineteenth-Century Spain (1994), cuya traducción acababa de publicarse en España. Su amabilidad y cercanía enseguida me cautivaron; tanto como lo habían hecho sus arriesgadas y novedosas ideas respecto a la dramaturgia decimonónica, cuya importancia supo valorar como pocos hasta entonces. Volvimos a encontrarnos pocos años después. Acababa yo de defender mi tesis doctoral, dedicada a un dramaturgo romántico olvidado —no para David—, y quise regalarle un ejemplar a quien tanto admiraba. Y así surgió nuestra primera cita madrileña, esas que tantas veces hemos repetido desde entonces, siempre que David ha viajado a España y ha tenido la amabilidad de acordarse de mí y de mi mujer.
Son muchos los recuerdos que me unen a David Gies, y todos son divertidos y positivos. Nadie como él para llevar la alegría a su alrededor y saber aprovechar cada momento haciendo de la vida algo fácil y distendido. Porque el humanismo de David no es impostado ni ha sido adquirido en los libros; su amor por la vida y las gentes es real, nace de él de forma natural; y su humildad y sencillez le hacen sentarse a la mesa del rey de España con la misma naturalidad —y deleite— con que degusta un buen vino junto a un amigo.
En 2004, durante la celebración del XV Congreso de la AIH, David, que por entonces era tesorero de la asociación, tuvo la amabilidad de confiarme el cargo de tesorero adjunto para Europa, lo que estrechó definitivamente nuestra relación y nuestra amistad.
El XVI Congreso de la AIH, celebrado en París (2007), nos deparó bellos momentos que quedarán para siempre en mi memoria.
La confianza y aprecio que David siempre me ha otorgado volvió a concedérmela hace unos años, al encargarme un capítulo del importante libro que editó junto a Maria M. Delgado con el título de A History of Theatre in Spain (2012), excusa que volvía a unirnos de nuevo para mantener viva una relación y un afecto que no ha dejado nunca de crecer.
Es mucho lo que he aprendido de David Gies, como estudioso y como persona, y doy gracias porque “la fuerza del sino” juntara nuestras vidas un día venturoso. Espero con ganas nuestro próximo encuentro, querido amigo. Gracias por todo.