Feliz jubilación, David, carpe tempus!

(por  Aurelio González Ovies)

Feliz jubilación, David, carpe tempus!:

Es muy largo el trayecto todavía,
fueron gratos los años hasta aquí,
quedan muchos caminos, mucha
luz y es un tiempo hermosísimo
para abrir bien los brazos
y percibirla.
No importan las horas que han pasado,
nos esperan los años por venir,
desde ayer hasta hoy
desde ahora hasta siempre,
solo valen los días por vivir
solo somos la vida que se viva.

Amigos para siempre

de Pedro Alvarez de Miranda y Pura Silgo

Lo nuestro empezó en 1984. Pedro y David se habían conocido dos años antes en Bolonia, en un congreso sobre el siglo XVIII, y enseguida conectaron (el tris de pasta del restaurante Diana hizo mucho), pero la relación entre los tres tuvo que esperar dos años, y sucedió en Madrid una noche de primavera. A partir de ese momento todo fue fácil; las visitas de David a Madrid eran muy frecuentes y, si al comienzo nuestro amigo americano se quedaba en hoteles, en la Residencia de Estudiantes o en casas prestadas, poco a poco el Parador de Reina Mercedes (no hay que olvidar su afición inconmensurable a estos hoteles españoles) fue su lugar de hospedaje favorito y en donde nosotros tres le recibíamos con los brazos abiertos.

Y digo tres porque Irene, nuestra única hija, desde muy pequeñita descubrió con David que también se puede tener amigos adultos con los que hablar y hablar, además de jugar. Los días que él pasaba en Madrid eran una fiesta para la pequeñaja, que miraba a nuestro barbudo y delgado amigo con un arrobamiento indescriptible. Cuando estaba aquí David, hacíamos excursiones, salíamos a comer y/o a cenar, íbamos al cine… y eso que el profesor Gies venía normalmente “a trabajar”.


Hemos recorrido juntos muchas zonas de España en nuestro Opel Corsa rojo de dos puertas y sin aire acondicionado, aunque el viaje fuera en un sofocante mes de julio del 92 a la Expo de Sevilla.

Miles de anécdotas, casi siempre divertidas, se agolpan en nuestro recuerdo y cuando nos entra la nostalgia las hacemos aflorar en una celebración continua de la amistad.

También nos tocó a nosotros cruzar el charco y viajar a Virginia. Estuvimos unos días en casa de David, conociendo a los perros, a los amigos, el entorno… y luego empezamos la aventura de llegar hasta Orlando en coche. Lo hicimos en varias etapas y pasamos por estados muy distintos entre sí, pero en todos nos daban muy cordialmente la bienvenida. Por fin, llegamos a Orlando y allí fue la apoteosis de la diversión. Lo vimos todo, anduvimos por todas partes y David e Irene se montaron como dos niños de la misma edad en todas las atracciones con gran entusiasmo. Como muestra de ello, aquí quedan unas fotos:

Todo esto sucedía en el año 1993.

A partir de entonces, hemos viajado de aquí para allá con o sin Irene, con o sin Janna, por Europa, por América, y siempre hemos constatado el valor de la amistad. David siempre está ahí, cercano, sonriente, tranquilizador, bondadoso, vitalista, generoso con su tiempo y con su persona, disponible, presente en todos los acontecimientos importantes que en estos cerca de 40 años hemos vivido unos y otros.

Por lo tanto, si alguien quiere saber qué es la amistad, cómo se fragua y se mantiene, que busque a este señor en Virginia o en un barco por los océanos o en un Parador, entable conversación con él, procure que lleve el iPhone y le pida al camarero que les saque una foto, y casi con toda probabilidad pronto se hará una idea de lo que es un amigo. 
Pedro, Irene y Pura
Madrid, enero 2018.

 

David Gies: Foodie for the Ages

By Roberta Johnson, Emerita, University of Kansas and UCLA

Gracious, gallant, and generous are three adjectives that come readily to mind when I think of David Gies. David has the knack for recognizing and promoting talent in others, as his students have amply testified. My career owes much to David (for example, the opportunity to serve on the Executive Committee of the PCC [Program for Cultural Cooperation between Spain’s Ministry of Culture and US Universities], which led to our both being inducted into the Order of Isabel la Católica), but this message is about David and not about me. Others of David’s wonderful qualities that do not fit the “g” alliteration include smart, fun, and savvy about good food. Since I have had the good fortune to share many culinary experiences with David, I will concentrate on that aspect of his conviviality. Over the years, I have dined with David (and often Janna too) at MLA, AIH, and PCC meetings, each researched and organized by David in the most diverse locations. Each meal was a memorable occasion with appreciation of great cooking laced with lively conversation. Not only is David an astute detective at finding the best restaurants in any locale, he is himself a consummate chef. He produced a to-die-for dinner at his lovely Charlottesville “estate” when he organized the annual PCC meeting at the University of Virginia in 2005.

In addition, I especially remember the cozy Paris restaurant David scoured out at the 2007 AIH meetings where we dined with Harriet Turner, Pedro Alvarez de Miranda, and his wife Pura.

David was instrumental in my being invited to join the Executive Committee of the PCC, which led to our being awarded the Order of Isabel la Católica in 2007 in a ceremony at the Spanish Ambassador’s residence in Washington DC.

David Gies, Harriet Turner, Roberta Johnson, George Greenia Washington DC 2007

When Pedro Álvarez de Miranda was inducted into the Real Academia de la Lengua in 2011, we had a dinner to honor Pedro at the legendary Zalacaín. The group included Pedro, Pura, their daughter and her husband, David, and Rosa Montero.


The reception after Pedro’s investiture was held at the Residencia de Estudiantes where David, Harriet Turner, and I spent many happy hours drinking and chatting when we met in Madrid for the PCC meetings.

Roberta Johnson, Pedro Alvarez de Miranda and David Gies

David was a huge hit when he came to UCLA to give the prestigious Mathews lecture, and of course the occasion offered several opportunities for meals with southern California colleagues.

With Maarten Van Delden, Jesús Torrecilla, Roberta Johnson, Maite Zubiaurre, Teo Ruiz and David.

With Robert Ellis, Paul , Maite Zubiaurre, and Lisa Vollendorf

And just to prove that it wasn’t all just eating with David (there was plenty of culture too), I end with David and Janna at the Getty Museum in Brentwood.

Roberta Johnson

Amigo David

de Rafael Benjumea

Amigo David,

Son ya muchos los años desde que nos conocemos, y muchas las veces que hemos coincidido. Siempre he sentido contigo esa conexión fácil que es la base de toda amistad. Para la Fundación Duques de Soria que me honro en presidir siempre has sido un gran amigo y siempre has dado tu apoyo cuando ha sido preciso. Sabemos bien que la amistad es necesariamente recíproca, y la que siento hacia ti la comparto con los Duques de Soria (la Infanta Doña Margarita y su marido el Duque de Soria), que tanto afecto te tienen.

Podría recordar alguna de las muchas veces que nos hemos encontrado, en España y fuera de España. Pero me referiré especialmente a lo mucho que hemos hablado seriamente, y también a lo mucho que nos hemos reído juntos, en Asambleas de la Asociación Internacional de Hispanistas de la que ahora eres Presidente de Honor: eso -como el homenaje- es porque te estás haciendo mayor, por culpa de los años y de la buena salud. Estuvimos juntos en Madrid con los Reyes de España y los Duques de Soria, en Nueva York con los Duques de Soria, en Monterrey con el Rey Felipe VI, entonces Príncipe de Asturias, en París con los Duques de Soria y en Roma con el Duque de Soria.

Pero sobre todo fue muy importante para mí acompañarte en Buenos Aires en 2013, donde tuve la doble satisfacción de verte elegido Presidente por tus colegas hispanistas de todo el mundo, y de asistir al acuerdo de la Asamblea de hispanistas de fijar en Soria su Sede mundial.

En julio de 2016 nos hiciste el honor de pronunciar en Soria la lección inaugural del acto académico central de la Fundación y de participar en la presentación de una gran escultura de bronce, donada por su autor, Greg Wyatt, que desde entonces adorna el jardín de la sede que la AIH y la FDS compartimos. Poco después, en Münster, el Duque de Soria y yo, con Pepe Ponga, te acompañamos en la Asamblea de hispanistas que presidiste con tu habitual acierto.

Sabes que en mí, en los Duques de Soria y en todos los que formamos su Fundación, tienes un grupo de amigos siempre a tu disposición, tan irreductibles como los mismos numantinos.

Un gran abrazo,

Rafael Benjumea

Presidente del Patronato, FDSCCH

Primer Presidente “soriano” de la AIH

de José Mª R-Ponga
Secretario General, FDSCCH

Querido amigo David:

He tenido el placer de conocerte gracias a tu condición de hispanista, y a que durante muchos años has estado en la Junta Directiva de la Asociación Internacional de Hispanistas (AIH), cuya relación con la FDS (Fundación Duques de Soria de Ciencia y Cultura Hispánica) data al menos de 1992. En ese año la Asamblea trienal de la AIH se reunió en Irvine (Calfornia), y allí la

FDS promovió una sesión sobre la primera Gramática del español, de Antonio de Nebrija, que cumplía entonces 500 años. Tú ya estabas en la AIH, aunque creo que no en su Directiva, y yo en la FDS, aunque no estuve en Irvine.

Tu primera visita a Soria con la FDS fue en 1998, con ocasión de la Asamblea de la AIH que inauguraron en Madrid los Reyes de España, y en ella coincidimos por primera vez. Por tu altura física (de la que no tienes mérito personal) y por tu sonrisa expansiva (que sí es mérito tuyo, porque responde a tu forma positiva y entusiasta de encarar la vida) eres siempre fácil de recordar. Tu altura interior -que tu permanente simpatía intenta disimular- se descubre con el trato, como nos ha ocurrido a todos los que te conocemos. Yo he podido descubrir que, además, comparto contigo la afición superlativa a las croquetas… ¡y las inclinaciones gastronómicas unen mucho!

Volvimos a coincidir en la Asamblea de la AIH en Nueva York, en 2001, con nuestra común amiga Lía Schwartz. Y recuerdo bien tu visita a Soria en el 2006, con la Junta de la AIH. Allí posamos juntos para la foto que adjunto, en las escaleras del Convento de la Merced, hoy Sede de la AIH.

Probaré, con otra foto adjunta de esa misma visita, que no solo posaste, sino que participaste activamente en los trabajos de esa reunión, preparatoria de la Asamblea de la AIH 2007 en París, presidida por nuestro común amigo bretón Jean François Botrel, en la que también volvimos a encontrarnos.

En la Asamblea de la AIH en Buenos Aires (Argentina), en 2013, la AIH decidió fijar su sede mundial en Soria, y tú fuiste nombrado Presidente. Has sido pues el primer Presidente de la AIH que al venir a Soria ha venido a su casa, a su propia Sede. Por eso cuando en 2015 reuniste en Soria a la Junta Directiva de la AIH, te recibieron el Alcalde de la ciudad y el Duque de Soria, como prueba la portada del diario que adjunto.
En 2015 reuniste en Soria a la Junta Directiva de la AIH, y os recibieron el Alcalde de la ciudad y el Duque de Soria
Fue en parte por esa condición de primer Presidente “soriano” de la AIH, pero sobre todo por tu larga y meritoria trayectoria académica como hispanista, por lo que la FDS te pidió que pronunciaras en 2016 su “lección magistral” anual en Soria. Y con esa ocasión fuiste testigo de excepción de la donación por Greg Wyatt de un gran bronce dedicado a Cervantes y Shakespeare, que también inauguraste en los jardines de la Sede de la AIH. Adjunto una foto de tu intervención de ese día como testigo, en la que los dos conseguimos dar la impresión de estar trabajando muy seriamente.

David Gies and Jose María Rodríguez Ponga

Pocos días después de ese brillante paso tuyo por Soria, volvimos a coincidir, esta vez en Münster, donde presidiste (adjunto foto) la Asamblea de la AIH en la que pasaste el testigo de la Presidencia a Aurelio González, del Colegio de México. Allí estuvieron para acompañarte el Duque de Soria y el Presidente ejecutivo de la FDS, Rafael Benjumea, y yo tuve también el honor de estar contigo en esa ocasión.

Desde entonces además de mantenernos en comunicación regular, como desde hace años, hemos coincidido varias veces. Y confío en que este año 2018 nos dé nuevas ocasiones de encontrarnos, tal vez en Madrid o en Soria.

Con nuestro ya largo recorrido como amigos, no puedo menos que sumarme con entusiasmo a este justificadísimo homenaje que te están organizando, y que espero que -al menos un poco- te pille de sorpresa.

Un gran abrazo de tu amigo,
Pepe

 

Dear David and Janna

By Joe Snow

Dear David and Janna
Never a better time than restirement to say THANKS for all you have meant to UVA Spanish, Portuguese and Italian and other UVA programs and activities, entertaining legions of student and being an important part of an International movement in hispanism, the AIH.  In fact I am including a photo of you, David, I took on your last day on the job as President of AIH (in Münster, August2017), having faithfully served since August of 2014 (since your election in Buenos Aires 2014).  You have taught in classrooms on land and sea, done editorial miracles, travelled the world and received many honors but at the same time have compiled a c.v. that shows that your hours at home and in the office and at the library were usefully spent, as your many readers will attest.
May you both enjoy the days, months and years that stretch out before you in Charlottesville. I wish you the very very best!
Pepe Nieves, a.k.a. Joe Snow

A MI AMIGO DAVID T. GIES

de José Luis González Subías
(Profesor, crítico e investigador teatral, Madrid, España)

Esta es la dedicatoria que incluí en mi edición de la primera y desconocida obra teatral de José Zorrilla (El condestable de Sicilia), que tuve la fortuna de encontrar y publicar más tarde, a finales de 2016. Nadie mejor que mi amigo y mentor David Gies para presidir unas páginas que ligarán ya nuestros nombres para siempre, al lado del más internacional de nuestros admirados poetas dramáticos del Romanticismo español.

Conocí a David personalmente en el otoño de 1996, en el I Coloquio de la SLES XIX, donde impartí mi primera comunicación en un congreso internacional. David Gies era para mí entonces solo un nombre, el del autor de una obra fundamental para los estudiosos del teatro romántico español, The Theatre in Nineteenth-Century Spain (1994), cuya traducción acababa de publicarse en España. Su amabilidad y cercanía enseguida me cautivaron; tanto como lo habían hecho sus arriesgadas y novedosas ideas respecto a la dramaturgia decimonónica, cuya importancia supo valorar como pocos hasta entonces. Volvimos a encontrarnos pocos años después. Acababa yo de defender mi tesis doctoral, dedicada a un dramaturgo romántico olvidado —no para David—, y quise regalarle un ejemplar a quien tanto admiraba. Y así surgió nuestra primera cita madrileña, esas que tantas veces hemos repetido desde entonces, siempre que David ha viajado a España y ha tenido la amabilidad de acordarse de mí y de mi mujer.

Son muchos los recuerdos que me unen a David Gies, y todos son divertidos y positivos. Nadie como él para llevar la alegría a su alrededor y saber aprovechar cada momento haciendo de la vida algo fácil y distendido. Porque el humanismo de David no es impostado ni ha sido adquirido en los libros; su amor por la vida y las gentes es real, nace de él de forma natural; y su humildad y sencillez le hacen sentarse a la mesa del rey de España con la misma naturalidad —y deleite— con que degusta un buen vino junto a un amigo.

En 2004, durante la celebración del XV Congreso de la AIH, David, que por entonces era tesorero de la asociación, tuvo la amabilidad de confiarme el cargo de tesorero adjunto para Europa, lo que estrechó definitivamente nuestra relación y nuestra amistad.

 

 

El XVI Congreso de la AIH, celebrado en París (2007), nos deparó bellos momentos que quedarán para siempre en mi memoria.

La confianza y aprecio que David siempre me ha otorgado volvió a concedérmela hace unos años, al encargarme un capítulo del importante libro que editó junto a Maria M. Delgado con el título de A History of Theatre in Spain (2012), excusa que volvía a unirnos de nuevo para mantener viva una relación y un afecto que no ha dejado nunca de crecer.

Es mucho lo que he aprendido de David Gies, como estudioso y como persona, y doy gracias porque “la fuerza del sino” juntara nuestras vidas un día venturoso. Espero con ganas nuestro próximo encuentro, querido amigo. Gracias por todo.